0 comentarios - 21/03/2017
Los fríos y sombríos días de invierno han terminado, y poco a poco nos han ido abandonando las especies invernantes como grullas y gansos, la vida resurge en la naturaleza. Las plantas despiertan de su letargo y las hojas comienzan a brotar, así como las primeras flores empiezan a surgir tímidamente. La primavera ha llegado y con ella, un esplendor vital llega a los campos que comienzan a bullir de actividad. El incremento de las temperaturas, el resurgir de los insectos y la mayor accesibilidad a los alimentos espolean en su regreso a los animales que habían viajado a otras latitudes para pasar el invierno.
Precisamente, en estas fechas los almendros y cerezos muestran al mundo sus flores, tiñendo de colores rosados y blancos los campos sobre los que se encuentran. Unas estampas dignas de ver, como ocurre en el conocido Valle del Jerte que ofrece a los amantes de la naturaleza y de los paisajes un entorno único durante estas fechas.
Aves, insectos y flores forman un singular trío en primavera y se convierten en los principales atractivos de esta estación. Los aficionados a la ornitología o la fotografía tienen multitud de citas y oportunidades para vivir la naturaleza de cerca y en primera persona en esta época y practicar cualquier actividad similar es la forma perfecta de vivir de lleno el medio ambiente.
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