10 comentarios - 16/11/2018
Gracias a Olympus España y a la FIO de Monfragüe de 2017 tuve el primer contacto con la cámara y la posibilidad de probarla; sin embargo, debo confesar que en ese momento no me sentí atraído por ella.
Unos meses después, en diciembre, realicé una salida a la montaña con intención de fotografiar águila real. Era un día con nieve de unos 20 ó 30 cm de espesor y una caminata de unos tres kilómetros cuesta arriba y cargando con mi equipo fotográfico. A mitad de camino me entró una pájara (y no precisamente un águila real) debido al esfuerzo y creo que también al no haber desayunado esa mañana (que me había levantado a las 5). Para recuperarme tuve que parar a beber y tomar unos frutos secos y reanudar el camino, eso sí, maldiciendo el peso del equipo fotográfico. Ese día me acordé del ofrecimiento que me habían hecho los de Olympus y que os he contado en el párrafo anterior.
Adivinad cuál fue el primer stand que visité en la FIO del año siguiente. Por supuesto me atendieron muy amablemente y se comprometieron a mandarme un equipo fotográfico completo para que lo probase. Tras unos meses de espera, por fin recibí la mochila con todo un arsenal de objetivos de la gama profesional además de la cámara, claro está.
La primera sensación al coger la OM-D E-1 Mark II es lo pequeña que resulta en relación al equipo con el que suelo trabajar. Cuesta hacerse con ella y con su botonería pero con el tiempo te vas acostumbrando. Pulsas el botón de encender y la cámara responde enseguida, es a partir de ese momento cuando uno empieza a valorar que estamos ante una pequeña gran cámara y que va a ser complicado dominar en poco tiempo. Es una máquina que tiene un amplio abanico de posibilidades de configuración, vamos viendo que se trata de una cámara profesional en toda regla y que puede estar a la par de los buques insignias de las dos marcas que dominan el mercado actualmente.
Vamos, que me tiraría horas contándoos la multitud de prestaciones y funcionalidades que hasta ahora no estaban disponibles en las cámaras convencionales. Y eso que no quiero entrar en los menús de configuración de la cámara... va a ser un "queso duro de roer" pero con paciencia y tiempo estará de nuestra mano estudiarla, disfrutarla y sacarla todo el partido.
Para probarla decidí llamar a la gente de Skuanature y quedé en ir a la finca "La Parrilla" que es gestionada por ellos mismos con una idea de hacerla sostenible sin recurrir a la caza, idea fascinante para todos aquellos amantes de la vida natural. Total que a finales de junio marchamos para allí a realizar pruebas de campo y qué mejor prueba que una carroñada. Dicho y hecho, me llevé al hide la mochila con todo el equipo (sin trípode) y a esperar a que lleguen los buitres.
Dentro del hide monté en la cámara el M.ZUIKO DIGITAL ED 300 mm f 4.0 IS PRO, un objetivo estabilizado y con un acabado impecable y robusto; sin embargo, comparado con los que utilizo tradicionalmente y de la misma focal, resulta un peso pluma.; La calidad de imagen es sobresaliente y podemos utilizarlo a pulso sin cansarnos ni tener que desarrollar los músculos del increíble Hulk. Ahhhh se me olvidaba es un objetivo de 300 mm de focal que debido al factor de multiplicación del sensor, es como si tuviéramos 600 mm en formato "Full Frame" equivalente a los carretes de película de 35 mm (en adelante FF).
El dúo cámara-objetivo me encantaron por la rapidez tanto del enfoque como del almacenamiento de las ráfagas así que ya me llevo las primeras alegrías, el único “pero” que le veo en ese momento es que me cuesta un poco adaptarme al visor electrónico. Los buitres parece que quieren colaborar y me ofrecen todo tipo de poses. Los resultados son buenos así que decido dar una vuelta de tuerca y montar el multiplicador de focal 1,4x. Ahora entonces dispongo de una distancia focal de 420 mm perdiendo un punto de diafragma (su equivalente en formato FF sería un 840 mm). Sigo sin utilizar trípode y tened en cuenta que el día no era especialmente luminoso, estaba nublado y amenazaba tormenta.
Como podéis ver en las fotografías que pongo a continuación, se trata de dos retratos realizados con esa focal, son formato original, sin ningún tipo de recorte y tiradas a pulso. Eso sería impensable con un equipo Canon o Nikon sin trípode. Una imagen o una serie corta se podrían realizar pero estar cuatro horas disparando fotos a pulso resulta imposible con un equipo tradicional que tenga esa misma distancia focal.
Cambié de objetivo y monté el M.ZUIKO DIGITAL 40–150 mm 1:2.8 PRO (80-300 en FF). Un zoom interesante, bien construido y que rinde adecuadamente en todo el abanico de focales y que produce unos fondos desenfocados muy interesantes. Es un objetivo recomendable para viajar y se defiende muy bien en fotografía de naturaleza con esos 300 mm.
El M.ZUIKO DIGITAL ED 12-40 mm 1:2,8 PRO al igual que los objetivos anteriores está muy bien construido y tiene un fantástico rendimiento. Estamos hablando de un zoom que se corresponde con una distancia focal de 24-80 mm en FF. Especialmente utilizable para paisaje y fotografía urbana al que no se le puede poner ningún pero. El estabilizador de la cámara es tan bueno que nos permitirá sacar fotografías perfectamente nítidas a velocidades de obturación escandalosamente bajas, incluso se puede conseguir el efecto de agua sedosa tirando a pulso.
Por último y por no extenderme mucho más, tengo que hablar del objetivo M.ZUIKO DIGITAL ED 60 mm 1:2,8 MACRO, la verdad es que cuando lo vi por primera vez pensé en un juguete. Es ligero, pequeño y quizá, el que menos sensación de robustez transmite. Pero estamos ante un verdadero macro 1:1, con una focal de 120 mm en FF, que produce unos desenfoques de los fondos muy buenos y que al estar montado en una micro 4/3 la profundidad de campo es muy potente. En macro la pantalla abatible y giratoria nos facilita el trabajo al igual que la pantalla táctil: es tocar en un punto, enfoca y dispara, toda una comodidad.
El vídeo, en 4K en UHD O C4k con tasas de hasta 237 Mbps, es uno de los atractivos también y aunque yo no estoy especializado en este tema, lo poco que he realizado me ha parecido muy interesante. Habrá otras personas que puedan ponerle pegas, pero al no ser un especialista no lo voy a valorar.
Lo que os describo a continuación es un resumen de los aspectos que a mi modo de ver son ventajas e inconvenientes. Esto es meramente personal.
VENTAJASSi os soy sincero, cuando entregué el equipo estuve tentado en no devolverlo, pero evidentemente no ocurrió aunque ganas no faltaron. Este equipo es para tenerlo muy en cuenta, prestaciones y calidad no faltan y eso que estamos hablando de una cámara con un sensor la mitad de pequeño que una Full Frame.
Miedo me da la próxima OM-D E-1 Mark III que puede salir al mercado el próximo año. Que tiemblen Canon y Nikon, si la actual OM-D E-1 Mark II (data del año 2016) está a la altura de las cámaras profesionales, no os quiero contar lo que la próxima podrá traer. Solamente nos queda esperar, si somos pacientes, y sobre todo que los precios sean competitivos.
Mis agradecimientos a Raúl y Tito de Olympus y Adolfo, Luca, Max, Merce de Skuanature.
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